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Génesis Cabécar

Año: 1999

Técnica: Óleo

Formato: 90 cm x 60 cm

Génesis Cabécar

Esta obra consta de dos tipos de información:

El diseño a colores nos relata las concepciones mitológicas sobre la creación de los  hombres y el gráfico a color negro es un diseño a escala del petroglifo de las Vueltas de Tucurrique, Costa Rica y que nos da una clave histórica sobre las oleadas  migratorias que se asentaron en el territorio Cabécar, conformando así su identidad como pueblo.

En el valle de Turrialba, corazón del territorio de lo que fue un gran pueblo Cabécar encontramos sitios arqueológicos del paleo indio americano con una antigüedad de 10.000 años pero curiosamente en el sitio 9-F.G-T, siglas del registro arqueológico del Museo Nacional Costarricense se han encontrado puntas de proyectil acanalado del tipo cola de pez de tradición suramericana y puntas de tradición clovis como las encontradas en Durango, México en 1953.

Esto nos da idea de la antigüedad de la ocupación humana de dicho valle o territorio- Snarkis y Acuña, 1977.

También existen estudios realizados por Marion y Mattnew W. Stirling  de 1938 a 1946 para el Instituto Smithsoniano de los E.E.U.U. y la Sociedad Geográfica Nacional, según los cuales los Olmecas comerciaron y explotaron las fuentes de jade azul y las plumas de quetzal Totul alrededor del año 500 A.C., quizás ellos introdujeron el Culto al Dios Jaguar.  Los hombres de piedra, los conceptos mitológicos sobre la creación, la técnica de labranza en piedra que reconocen en el mundo al pueblo Cabécar, “Huetar” o como se acostumbra a poner “de la Vertiente Atlántica de C.R.

Cabécar:  “significa Pueblo de Quetzales y  Cabek es quetzal igual que entre los Mayas Manes”.

Los indígenas Cabécar actuales relatan su origen de acuerdo a la siguiente concepción:

“Sibú el creador Ser omnipotente y omnipresente inicia la creación con una enorme roca en el espacio, luego crea los cielos y en el a las estrellas y a la luna, luego el sol, la roca es recalentada por el Astro Rey, para evitarlo hace siembra  un árbol, en un bulto mortuorio, sin embargo crece  tanto que comienza a agujerear el techo del cielo, por lo cual Sibú lo derriba, y en su caída, la roca gira, separando el día de la noche y se forma el aire, de su savia,  los ríos y los mares, de su tronco brotan las montañas “ Talamanca” y el suelo fértil, de las hojas que quedan dentro de las aguas surgen los peces y todas las criaturas del agua y de las que quedaron fuera, los pájaros y todas las criaturas de sangre caliente, los bosques, las plantas y la roca se pobló de vida.

No contento  Sibú con su creación tomó los granos de una mazorca de maíz, los cuales mezcla con el estiércol de un murciélago vampiro que chupaba la sangre de un  pequeño jaguar y los deposita en el suelo por pares.  De cada par de granos brota una pareja, hombre y mujer, cada cual será el inicio de un clan, los cuales traían la información de su misión en la vida y la de su descendencia, luego envía a su hijo Sibú  Barú para unificar los clanes y conducirlos por la vida, así nació y creció el pueblo Cabécar.

Según  esta concepción etnocéntrica  del indígena Cabécar moderno; la creación del maíz es parte de las culturas mesoamericanas  y el concepto del Árbol de la Vida , pertenece a las tradiciones culturales sureñas, el concepto del hijo del Dios “Sibú-  Barú,” nos recuerda la cultura cristiana, lo cual nos lleva a suponer  que el pueblo Cabécar es muy receptivo a cambios culturales y de incorporar lo que considera mejor para su cultura, cabe destacar; que los cabécares fueron y son considerados como el pueblo elegido por Sibú, descendientes del clan de los sacerdotes.

Estos conceptos mitológicos están  representados en el diseño a colores del cuadro. 

En cuanto al petroglifo no podemos mas que dar un informe del estudio realizado por el Arqueólogo Víctor Acuña Coto.  y que dice así:

Petroglifo grabado  en una roca  volcánica bastante dura, de forma globular de aproximadamente  1.50 mts de alto y 2 mts de ancho ubicado a 400 mts al sur del río Las Vueltas en el poblado del mismo nombre, distrito Tucurrique, Cantón de Jiménez, Cartago, Costa Rica. grabado catalogado por el Museo Nacional de Costa Rica bajo las siglas C-TJ-75, rocas de materiales en la mayoría de petroglifos hallados en esta misma región.  Las técnica utilizadas son:  acanalado profundo o surco  y alto-bajo relieve, inciso lineal ancho y punteado, oquedad y trazo fino.

Se pueden distinguir en este conjunto representaciones  fitomorfas antropomórficas, zoomórficas, máscaras y otras, algunas muy realistas y algo estilizadas.  También algunas abstractas y a veces algo indefinidas.

La calidad de la elaboración solo se explica considerando que debió existir un gran dominio por parte de los artesanos que intervinieron en su elaboración, que a su vez indican el grado de especialización de las sociedades que se manifestaron en esta roca.

Estilos artísticos probablemente de tradiciones culturales o períodos diferentes han sido distinguidos y se tiene a favor para tal hipótesis una manifiesta súper posición de algunos motivos.

 Es acertado pensar que existieron durante un largo período y desde la parte inferior de mezoamérica, instrucciones culturales, las cuales introdujeron nuevas ideas en favor de las actividades artísticas  de nuestros antiguos pobladores, entre otros aportes, estilos procedentes de las culturas mesoamericanas y del sur estuvieron también presentes viajando miles de kilómetros  desde tiempo muy antiguos.

Una forma de identificar estos glifos es comparando concepciones mitológicas y su arte de acuerdo a los diferentes estudios culturales, lo cual hace suponer que los antiguos pobladores de esta zona recibieron primero las influencias culturales  de Mesoamérica y posteriormente de una oleada migratoria procedente del sur y de que ambas influencias no sólo grabaron la piedra, sujeta a estudio, sino que dejaron en el pueblo Cabécar implícita elementos culturales, como lenguaje, alimentación, vivienda, manifestaciones religiosas y artístico culturales que evidencian la relación de ambas influencias culturales.

Colecciones

El Valle de los Dioses
13 000 a.c. - 1 492 d.c.

Colección pictórica que ilustra la teoría sobre los primeros pobladores de América hasta el final del periódo precolombino.

Ver colección
Pérdida del Paraíso
1 492 d.c. - 2 000 d.c.

Colección pictórica que hace referencia al periódo posterior del descubrimiento de América por los españoles 1492 D.C.

Ver colección
Fin del Milenio
Siglo XX

Una colección con notas sociopolítcas en el siglo XX.

Ver colección